sábado, 8 de febrero de 2014

Craso Error


¿Cuál es el origen de ésta expresión tan común?
La palabra “craso” se aplica a un error o equivocación que es grave y no tiene disculpa.
Es heredado del latín y tiene más de 2 mil años, pero su significado ha llegado intacto hasta nuestros días.
Se dice que los romanos nunca invadían otros pueblos sin tener una excusa para ello y que si lo hacían no cantarían con el apoyo de los dioses.
 
Un general romano llamado Marcus Licinius “Crassus”, cónsul en 55 a.C., gobernador de Siria por aquel entonces, movido por su ambición y buscando los honores para estar a la par de César y Pompeyo -sus dos compañeros en el Triuvirato-, pero también por las enormes riquezas que prometía una campaña exitosa contra Persia, decide invadir Partia, desoyendo la creencia establecida y sin el consentimiento oficial del Senado romano .
 
Partia se extendía hacia el 245 a.C desde el noroeste de Irán hasta el sur de Turkemenistán. Y en sus estepas nacían unos estupendos caballos, capaces de recorrer grandes distancias a orillas del Caspio para defender el territorio y el importante comercio de la ruta de la seda, que unía China, Antioquía y Siria con el extremo suroriental de Europa. Su origen se puede remontar al período de los “Elamitas”, en el 2700 a.C, quienes inventaron el sistema decimal que sirvió para agilizar las transacciones comerciales. Los comerciantes tuvieron que crear una extensa red de caminos, puentes y posadas para atravesar esas distancias. Y para defender este jugoso negocio estaban los temidos jinetes Partos, muy hábiles con el arco y las flechas.
El cónsul Marcus Licinius, quien era miembro del Primer Triunvirato y el hombre más rico de Roma, había recibido el sobrenombre Crassus porque estaba muy gordo, significando gordo, grosero, grueso. Luego derivaría al italiano como grosso, al francés y al catalán como gros. Más tarde, el cruce de crassus y grossus, dio origen a grasa y graso.
Pero Crassus se llevaría una sorpresa. Los arqueros partos, al mando del Spahbod Surena, fueron letales; capaces de atravesar las corazas romanas con sus flechas, diezmaron a los legionarios, que tuvieron que batirse en retirada, a pesar de que éstos últimos cuadruplicaban a los partos!. Craso había partido con 39.000 soldados.
En la primera batalla fue muerto y decapitado Publius, hijo de Crassus, y su cabeza exhibida en la punta de una lanza.
Su padre contraatacó desesperado, desconociendo que quien le guiaba era un espía de los partos, quienes habían preparado una emboscada genial. Él y otros veinte mil hombres iban hacia la muerte en la batalla de Carras (antes Gran Armenia, actual Turquía), en una de las derrotas más severas que sufrió la República romana. La muerte de Caso significó el final del Primer Triunvirato y la futura guerra civil romana entre Cayo Julio César y Cneo Pompeyo Magno.
Desde entonces se decía Crassus Errare para referirse a un gran error como el que cometió Craso.

martes, 10 de abril de 2012

Cómo conducir el vehículo en forma ecológica:

1)      Poner el automóvil en marcha sin acelerar el motor.

2)     No calentar el motor más de 10 segundos en la mañana, no es necesario en coches nueros.

3)     Si el motor es de gasolina nos pondremos en marcha inmediatamente después del arranque. Si es un motor diesel tendremos que esperar aproximadamente tres segundos antes de empezar a circular para que se lubrique.

4)     En motores de gasolina cambiar de marcha al alcanzar las 2.000 o 2.500 rpm (revoluciones por minuto). En motores diesel, entre las 1.500 y 2.000 rpm.

5)     Motores de caja manual: En primera velocidad únicamente para iniciar el movimiento, cambiar a segunda a los seis metros; de segunda a tercera a partir de los 30 km/h; en cuarta a partir de los 40 km/h y la quinta velocidad si conducimos por encima de los 50 km/h.

6)     Mantener la velocidad de circulación lo más uniforme posible evitando frenadas bruscas. Es aconsejable ir parando el vehículo con el freno y reducir en el último momento. Mediante esta técnica no sólo se reduce el consumo, sino que ayuda a disminuir la contaminación acústica.

7)     Es importante intentar mantener el motor al ralentí el menor tiempo posible puesto que, en contra de la creencia popular, circular en punto muerto el vehículo tiene un consumo fijo de aproximadamente medio litro de carburante por hora.

8)     Es más aconsejable poner una marcha larga y dejar que el automóvil ruede con ella sin acelerar. De esta forma el movimiento de las ruedas mantendrá el motor en marcha y, a más de 20 km/h, el consumo de gasolina será casi nulo.

9)     Utilizar los elementos del sistema eléctrico como el aire acondicionado sólo cuando sean imprescindibles y a temperaturas moderadas de forma que el gasto sea menor.

10) Hay que evitar situaciones desfavorables para una conducción económica como viajar con las ventanillas abiertas y llevar elementos exteriores (maleteros o cajones) si no se están utilizando porque estos añadidos modifican la aerodinámica del automóvil provocando que el consumo aumente.

11) Es conveniente realizar revisiones periódicas del motor, no retrasar los cambios de aceite y filtros y controlar al menos una vez al mes que la presión de los neumáticos sea la correcta.


La ventaja principal de la conducción económica, además de ahorrar dinero, es que gracias a estas técnicas se contribuye rebajar la contaminación tanto ambiental como acústica reduciendo al menos en un 15% las emisiones de CO2 a la atmósfera.

lunes, 17 de enero de 2011

Las 13 virtudes de Benjamin Franklin

Todos sabemos que Benjamin Franklin era un inventor, un pensador, un político y científico estadounidense. Nació en Boston el 17/1/1706 y falleció en Filadelfia el 17/4/1790.

Fue el décimo quinto de diecisiete hermanos. Muchos lo recordamos por la escena del cometa en la tormenta que lo llevó a inventar el pararrayos.

Archivo:Franklin lightning engraving.jpg

Pero a él también le debemos las lentes bifocales, el catéter urinario, el cuentakilómetros !!!. Además de participar en la redacción de Declaración de Independencia y verlo en cada billete de 100 US$.

Archivo:Usdollar100front.jpg
En su autobiografía (La Vida Privada de Benjamin Franklin) lista 13 virtudes a seguir, puesto que él mismo las practicó desde los 20 años y por el resto de su vida.
1. Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad.

2. Silencio: No hables más que aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales.

3. Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo.

4. Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te comprometes a llevar a cabo.

5. Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada.

6. Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario.

7. Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto.

8. Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber.

9. Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen.

10. Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo ni en la ropa ni en la vivienda.

11. Serenidad: No te dejes alterar por nimiedad es, ni por accidentes comunes o inevitables.

12. Castidad: Recurre al acto sexual rara vez, y esto por motivos de  salud o descendencia, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar tu propia paz o reputación o la de otra persona.

13. Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates.
Archivo:Autograph of Benjamin Franklin (from Nordisk familjebok).pngÉl mismo decía que incumplía sus propios preceptos y que intentaba pensar en uno cada semana, pero que así y todo, esos preceptos lo hicieron ser una mejor persona y contribuían a su éxito y felicidad.
Yo sé que muchos se detendrán en el # 12 más aun que en el 1, el 3 o el 10…, pues dejen por ahora el doce y céntrense en los otros doce.

Saludos,
RL

Roberto ®

Hola, soy Roberto Larraquy y voy a intentar escribir algunas cosas que quiero compartir.

Uso horario o Huso horario

Hace un tiempo una persona escribía un email dirigido a otro país y hacía referencia a que su interlocutor considerara la diferencia de horas que tenían entre ellos.
“tenga en cuenta el uso horario de … “ va con hache le digo, “si claro” me responde, huso va con hache… “¿Qué cosa..?!, es uso horario del horario que usamos…”  
La confusión se debe a que son pocos los que saben de qué se trata. Creen que esa palabra viene del verbo usar, y por eso escriben “uso horario” cuando en realidad ese término viene del latín “fusus”.
Incluso es fácil encontrar el error en los medios gráficos y electrónicos.
No resulta difícil encontrar en los medios ejemplos como: “Una década en el poder y la cara de Venezuela no es la misma: el país tiene nuevo nombre, escudo, Constitución y hasta uso horario”.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu) nos llama la atención sobre un error ortográfico habitual en los medios de comunicación: escribir uso horario en lugar de huso horario.
Huso horario aparece en el diccionario con el significado de 'cada una de las partes en que queda dividida la superficie terrestre por 24 meridianos igualmente espaciados y en que suele regir convencionalmente un mismo horario'.

de guarangadas

Nuestra lengua materna es el “castellano”. Pero está claro que los argentinos hablamos en “argentino”, un español algo diferente al resto del español que se habla en Latinoamérica. Claro está que los Mexicanos, también hablan Mexicano y los Chilenos, Chileno y cada uno le pone lo suyo a éste de por sí “rico” idioma de Cervantes.
Cuando salimos de casa –preocupados para que nos entiendan-, nos cuidamos de excluir de nuestro vocabulario todas las palabras del lunfardo, nuestro argot que solo tiene sentido en casa. Por supuesto que bajamos el vocabulario grosero al que estamos tan acostumbrados que ni siquiera suena mal.  Entonces tratamos –con dificultad-, de omitir “pibe”, “guacho”, “pendejo”, “gil”, mina”, “flaco”, “chabón” y  “ma que se yo” cuanto “quilombo” más de palabras. Sin olvidar el “boludo” y el “pelotudo”.
Para colmo, están las palabras de igual sonido pero con un muy diferente significado, tal es el caso de “pendejo” que en México no es “nene” sino “imbécil”. Y les aseguro que esa se te escapa fácilmente.
Pero aun así y con todos estos recaudos, no hay garantía de ser comprendidos.
Ese fue el caso que me ocurrió hace un tiempo, cuando al oír a un tipo decir un montón de palabrotas, expresé con total naturalidad que era un “guarango”. Todos me miraron…, nadie me entendió.
Me quedé pensando ¿Pero por qué no se entiende?, ¿acaso no es español?. Parece que no.
Es que “guarango” es un aromo silvestre en Colombia, Ecuador y Perú. Viene de waran-ku , una palabra llegada del quchwa (o quechua), que también significa rey del trueno.
Pero lo cierto es que tanto en Argentina, así como en Bolivia, Paraguay y Uruguay significa grosero. “Incivil” según dice la RAE. Aunque en Uruguay también significa desmañado, sin gracia, sucio o zaparrastroso
¿Pero de dónde viene ese término?.  Me di cuenta ahí que una palabra tan familiar para todos nosotros tiene un origen incierto y muy difícil de rastrear.
Ortega y Gasset estuvo tratando de buscar su origen en sus viajes a la Argentina. Abajo agrego un texto que comenta esto.
Pero parece que lo más cercano es que "guarango" era el salvaje que habla el guaraní. También lo comenta Eduardo Galeano, “parece que fue un invento de Sarmiento para referirse a los guaraníes, los paraguayos”
José Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset nació el 9 de Mayo de 1883. Este filósofo español pasó muchos años entre nosotros, estudiándonos con detenimiento y después de largas cavilaciones nos estampó el mote que últimamente hemos vuelto a escuchar, una palabra que solíamos frecuentar en nuestra juventud, una palabra que nos endilgaban en caso de no ceder el asiento a una señora en el colectivo o cuando decíamos algo impropio frente a una persona mayor.
Era entonces cuando nos estampaban un ¡guarango!, como un cachetazo.
Con el tiempo la palabrita cayó en desuso, quizás porque fue reemplazado por términos más “cool” o acaso porque las guarangadas han invadido nuestras vidas a punto tal de no poder distinguirlas de la realidad. Todos hemos quedado sumergidos en la guarangada, tal cual lo había predicho Ortega y Gasset en 1929.
Palabra de oscuro origen, algunos estudiosos afirman que en el Perú llaman así al algarrobo. Este insulto vegetal guarda cierta similitud con el alcornoque castizo.
Sin embargo, mientras que este término implica cierta testarudez o persistencia en el pensar equivocado, el guarango tiene la insolencia del ignorante. Cabe recordar que otro español –Jacinto Benavente- nos dejó un duro acertijo, al sostener que la única palabra que se podía escribir con las mismas letras que argentino era justamente ignorante.
Ortega y Gasset viajó extensamente por nuestro país y mientras surcaba las ubérrimas planicies argentinas concibió su artículo “La Pampa… promesa.” donde nos endilga a todos los nacidos en estas tierras (y probablemente también a algunos injertados) el mote de “Guarangos”. Ortega sostenía que “el argentino típico no tiene vocación de ser, ya que él imagina ser. Vive pues entregado pero no a una realidad sino a una imagen.”
Y en efecto el argentino se está mirando siempre en la propia imaginación. Es sobremanera Narciso...”. A pesar de haber pasado casi setenta años, estas palabras duelen y mucho más les dolió a los argentinos de entonces que como Manuel Gálvez respondieron altivos a las imprecaciones del español.
Don Ortega abundó en el concepto de guarango: “El guarango tiene apetito de ser admirable, superlativo, único” (después de todo, hasta no hace mucho, afirmábamos que Dios era argentino) “Pero necesita creer en esa imagen y para poder creer tiene que obtener triunfos y si esos triunfos no llegan, duda de si mismo deplorablemente” “Y como los demás no están dispuestos a reconocerlo tomará el habito de aventajarse (la bendita viveza criolla), convencido de poseer altos destinos”.
Durante el último viaje de Ortega -mientras España se desangraba en una guerra civil- nos regaló ese “Argentino a las cosas –déjense de conflictos personales, de suspicacias y narcisismos...” Consejo al que mucho caso no le hemos hecho.
Ya en 1939 Ortega intuía que “el problema más sustantivo de la existencia argentina es su reforma moral” y 70 años más tarde podemos afirmar, que Ortega fue sin dudas el profeta de nuestra decadencia.
Saludos,
RL